Hoy bendigo a todos los estudiantes, a todos los maestros, y a todas las personas de alguna manera se involucran en el proceso educativo.
Silenciosamente le envío a cada uno mi amor, aliento y mis oraciones por su estilo propio y éxito.
Veo cada escuela, cada maestro, cada estudiante, cada padre, cada director, lleno de luz y comprensión entusiasmo y cooperación, y deseo de trabajar juntos para crecer y aprender.
Se ha dicho que la vida es una escuela.
Cada día provee oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
Al bendecir estudiantes y maestros, comprendo de nuevo que todos somos estudiantes y maestros.
Doy gracias por los conocimientos y habilidades que estoy desarrollando,
Y doy gracias por aquellos que me están ayudando a aprender.
Doy gracias también, porque puedo ayudar a los que me rodean en su búsqueda de crecimiento y comprensión
Enséñame, oh señor, tu camino.
Sal. 86:1